En épocas de crisis económica como la actual, es habitual que muchas personas experimenten dificultades para llegar a final de mes. Es por este motivo que las solicitudes de préstamos aumentan hasta límites insospechados. Los objetivos por parte de los consumidores son variados: desde pagar una factura que no esperaban hasta hacer una reserva vacacional con tal de disfrutar de la desconexión que merecen y que, por no tener ahorros, no pueden permitirse.
Sea cual sea el motivo que lleve a una persona a solicitar un crédito, es importante informarse antes, especialmente sobre un par de indicadores que adquieren una gran relevancia: el TIN y el TAE. Si no sabes que es el tin y el tae, sigue leyendo. Y es que en próximas líneas profundizaremos en ambos porcentajes, averiguando exactamente qué son y cómo afectan al importe final a abonar al prestamista o a la entidad bancaria a la que recurras.
TIN
En primer lugar, vamos a adentrarnos en el TIN, acrónimo de Tipo de Interés Nominal. Básicamente se trata de un porcentaje que hace referencia a la cantidad adicional que deberá serle abonada al banco al que acudas con tal de obtener un crédito.
Para explicarlo de manera clara, podríamos decir que es una mayor o menor cifra de dinero que se paga a la empresa crediticia o al banco en cuestión con tal de obtener una inyección de liquidez en forma de préstamo.
Ahora que hemos mencionado los préstamos, es un buen momento para profundizar en un aspecto importante: el TIN ha de mostrarse claramente cuando tiene lugar la contratación no solo de estos productos, sino también de otros que ofrecen en los bancos. Claros ejemplos son las hipotecas, amén de los depósitos.
TAE
Al llevar a cabo la contratación de cualquier tipo de préstamo, hay que asumir una serie de costes extra. Algunos de ellos pueden llegar a encarecer considerablemente el precio final. Todos están englobados en el TAE.
Este acrónimo hace referencia a las palabras Tasa Anual Equivalente. Algunos de los pagos adicionales que comprende son, más allá de los tipos de interés, cada comisión que aplica el banco o la entidad crediticia, así como el plazo de la operación en cuestión.
Diferencias entre TIN y TAE
Tras haber descrito estos dos indicadores, toca profundizar en las diferencias que hay entre ambos. El TIN abarca mucho menos terreno a nivel económico, comprendiendo únicamente el dinero que paga el usuario al banco para recibir un préstamo.
Por su parte, la TAE va bastante más allá, ya que incluye tanto este pago al que hacemos referencia como otros adicionales que acaban engrosando considerablemente el importe total a abonar, sobre todo las comisiones, amén de productos extra como los típicos seguros.
En definitiva, el TIN es uno de los pagos adicionales, mientras que el TAE los contiene todos. Es habitual que los consumidores, al solicitar un crédito, se fijen sobre todo en el TIN. Sin embargo, como acabamos de ver, se trata de un error. Aquello en lo que hay que centrarse es la Tasa Anual Equivalente, ya que es el indicador que determinará la totalidad a pagar por el préstamo obtenido, incluyendo comisiones y cualquier otro gasto asociado al producto contratado.
Así se calculan los dos indicadores
Antes de firmar el contrato prestamista, el cliente llega a un acuerdo con el banco en el que se refleja el TIN, el cual va calculándose cada mes para determinar cuánto pagará el usuario a la entidad bancaria por hacerse con el crédito. Pero, ¿cómo se hace?
La operación abarca dos conceptos distintos. El primero es el del Euribor que ahora mismo está por las nubes. Seguidamente, el cálculo también comprende un interés fijo al que los bancos se suelen referir bajo el nombre de diferencial.
En los momentos de escribir estas líneas, el Euribor se sitúa en 4,154. Suponiendo que el diferencial esté en 1,50, dicha cifra se sumaría a la que acabamos de traer a colación para obtener un resultado de 5,654. Este sería el TIN.
Hablando de la Tasa Anual Equivalente, el cálculo es distinto. Como hemos visto antes, el TAE incluye el TIN, así que es de esperar que será más alto que ese indicador de 5,654.
La fórmula es siempre la misma: (1+r/f)f-1. La ‘r’ hace referencia al TIN, así que sería 5,654. Por su parte, la ‘f’ es la frecuencia con la que se van abonando los plazos del producto crediticio. Independientemente de cuál sea esa frecuencia, el resultado siempre será mayor si lo comparamos con el TIN.
Es por este motivo que, a la hora de solicitar un préstamo, sea cual sea la entidad a la que recurras has de fijarte no tanto en el TIN, sino sobre todo en la Tasa Anual Equivalente. Así sabrás con exactitud el dinero extra que deberás pagar para la obtención de una inyección de liquidez, la cual se producirá siempre y cuando reúnas los requisitos.
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