El mundo actual es muy competitivo, y parece que hay mucho de todo, y que todo es igual. Por eso la clave está en diferenciarnos de los demás, en aportar valor. Sólo así destacaremos del resto. Crearse una marca personal no difiere mucho en esencia de la creación de una marca comercial para una empresa. Veámoslo en este post
Crear una marca personal requiere de un trabajo de introspección y de conocernos a nosotros mismos. Tenemos que ser capaces de determinar qué es lo que nos funciona mejor en nuestra carrera profesional y en nuestra vida diaria.
Esta crisis económica ha hecho a mucha gente perder su empleo, y mucha gente se ha tenido que marchar a otro país en busca de ingresos. La persona que afortunadamente tiene un puesto de trabajo está luchando mucho por su carrera profesionale, hay que redoblar los esfuerzos por mantener el empleo, en numerosos casos con reducción de sueldo incluida, y luchar además por los problemas personales del día a día. Levantarse cada día a veces cuesta mucho más que nunca…
Pensando en todas estas dificultades y en lo que puede llegar a costar el destacar en nuestro puesto de trabajo y en nuestra vida en general, uno se da cuenta que dirigir o administrar una carrera profesional es como dirigir una marca. Y hay una marca muy importante e influyente que tenemos que dirigir bien: la marca NOSOTROS.
Podría decirse irónicamente que cada una de nuestras marcas personales comienzan con nuestro nacimiento. Cuando nacemos y nuestros padres nos ponen un nombre, inconscientemente lanzan una nueva marca, se pone en marcha toda una vida de decisiones personales que harán única nuestra existencia, harán única nuestra marca personal.
Si miramos lo anteriormente descrito desde una perspectiva del marketing, el lanzamiento y el mantenimiento de nuestra propia marca personal no difiere mucho del lanzamiento de una marca comercial de una empresa. La marca empieza con un nombre y un sentido sobre lo que es y se pretende que sea. La marca con su nacimiento comienza un viaje de conexión con la gente para aportar valor a sus vidas, evolucionando y desarrollándose constantemente para ser cada vez más notoria e influyente, igual que nosotros empezamos a conectar al comienzo de nuestras vidas con nuestra familia y amigos, con nuestros compañeros en la escuela, y en nuestra vida profesional posterior donde seguimos estableciendo diferentes vínculos.
Las elecciones que hacemos continuamente en nuestra vida no difieren de las elecciones que hace una marca cuando lanza sus productos. Elegimos la educación que queremos tener, hacia dónde queremos dirigirnos profesionalmente, tener o no pareja, casarnos o no, tener hijos, así como muchas decisiones que tomamos a lo largo de nuestra vida. Por eso necesitamos pensar como marca y establecer quiénes somos y qué queremos ser.
¿Qué impresión estamos causando a los demás? ¿Están nuestras cualidades, rasgos y experiencias personales creando una marca que nos hace destacar sobre el resto?, son preguntas que deberíamos hacernos.
Como decía anteriormente, una marca personal, como toda buena marca, ha de ser gestionada concienzudamente y controlada a lo largo de nuestra vida.
Cuando se crea una marca se sigue un riguroso proceso a través de un plan de marketing el cual es actualizado cada año. Lo mismo puede ser aplicado a nuestras vidas: diseñemos y actualicemos nuestros propósitos a través de nuestro «plan de marketing personal» con el fin de mejorar personal y profesionalmente. Eso alimentará nuestra marca personal.

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